sábado, 26 de marzo de 2011

¿No les ha pasado a Vds, que tengan otras "bio", además de las que tienen publicadas?


Nací más cerca de la mar que del cielo. Tuve que aprender desde muy pequeña que aquella línea donde se juntaban mar y cielo, era inalcanzable y que, cuanto más mar adentro me atrevía a nadar, más se alejaba.

Una tarde, mientras me empeñaba en defender mi castillo de arena de la subida de la marea, vi una botella que flotaba. Ni que decir tiene que, hasta que conseguí darle alcance, pasaron por mi incauta imaginación infantil un montón de historias de naufragios, islas lejanas y filibusteros…, pero una vez más, la lección que me esperaba me encaminaba directamente a entender que mis sueños, uno tras otro, más pronto que tarde iban a ser inútiles. Con mucho esfuerzo logré quitarle el corcho a la botella y con sumo cuidado, saqué una hoja escrita que contenía. ¡Qué emoción!. Y la nota decía: “Tonto el que lo lea”. (Voy a ahorrarles más detalles sobre la enorme decepción que todavía hoy me acompaña).
Crecí -no mucho- y porque no me quedaba otro remedio. No fue mucho más alentador el ver como uno tras otro sueño, eran sólo eso: sueños. (Durante años, lo confieso, odié a Calderón…).
Pasé por muchas expresiones bien explícitas y crudas bien de lecturas más subliminares:
-“Tú estás loca”.
Y, llegó el momento en que decidí que, si los que pisaban sin miramientos mis sueños, eran los “presuntamente cuerdos” yo no sólo estoy loca, quiero estar loca.

Mi otro yo, el que me pide cuentas de todo el tiempo que perdí soñando, la otra tarde tuvo una seria conversación -muy seria- conmigo.
Me disculpé, convencida:- No te preocupes más, ya no creo en el Quijote.
Apenas si se sorprende y me pregunta con cierto desinterés:
-¿Y eso es definitivo?
-Sí…
-Júratelo
-lo juro por Frida kahlo, me respondí.

Creo que mi otro yo siempre supo que era cuestión de tiempo ganarme la partida.

domingo, 20 de marzo de 2011

¿No les ha pasado a Vds que algunas noticias tengan un olor característico?

( Foto.El País)


Tuvieron que enredarse el sueño y el insomnio en una endiablada espiral . ( Anónimo)


Ellas aparecieron de repente, aquella noche tenía algo diferente. Olía a tierra removida, mojada y no llovía desde hacía días… Venían dispuestas a emborracharse por los viejos tiempos. Porque ellas, aunque parece que todas lo olviden, tuvieron una vida con algo que celebrar antes de que su asesino les anulase hasta los recuerdos. Ordenadamente de una en una me enseñaron viejas y tristes fotos de sus asesinatos. Se extrañaron de que nunca las hubiera visto si, desde hacía siglos, se reunían esa misma noche en ese mismo sitio y eran muchas, casi cada día, alguna nueva llegaba; casi siempre ensangrentada y siempre desorientada, muy desorientada. Nunca había llegado ninguna que tuvieses una explicación “ a lo suyo” ni que dejara durante días de lamerse sus heridas.

Me sentía culpable de que me hubieran sido invisibles tanto tiempo, lo confieso y quise irme, pero ya no había vuelta atrás.

Me desperté al amanecer sin lágrimas y con la boca seca. Ya nunca olvidé aquel inconfundible olor a sangre, injusticia y muerte a que me huele la noticia del asesinato de la última mujer. Hoy mismo otra mujer llegará desorientada, no tendrá explicación “a lo suyo” y, durante días, también ella se lamerá las heridas…

Ellas, sé que esperan que yo les hable de esta pesadilla. Ahora ya puedo beber con ellas por los viejos tiempos. Estoy segura de que Vds no quieren dejarme sola esta noche con mi copa de vino en la terraza...